martes, 28 de octubre de 2014

#06 La única vez que vencimos a Franklin Castellanos


Franklin Castellanos con uno de sus tantos equipos ganadores / Foto tomada de facebook


Por: Ernesto J. Navarro 

En la cancha de Campo Grande siempre se jugó voleibol y en la década de los 80 había torneos a cada rato. La petrolera Maraven, patrocinaba los inter-campos. Niños, jóvenes y adultos se integraban para representar a su localidad.

Pero los torneos no eran eventos fortuitos. De lunes a viernes al caer la tarde, la cancha se llenaba de mujeres y hombres de todas las edades que, por turnos y horarios, realizaban sus prácticas bajo la conducción del entrenador Franklin Castellanos.

miércoles, 8 de octubre de 2014

#05 "NT" contra los Criollitos de Venezuela

Vista del Estadio "5 de Julio" de Lagunillas desde el center field

Por: Ernesto J. Navarro

Caracas, El Cafetal. 8:00am. Después de viajar toda la noche en un autobús escolar, diseñado para llevar niños de su casa a la escuela no para viajes de 14 horas, un equipo de béisbol zuliano bajaba sus maletas en el Estadio Vidal López. La Corporación Criollitos de Venezuela realizaba su Campeonato Nacional Categoría Pre-Junior. Era 1980.

Al frente del equipo iban: El manager de unos veintitantos años, Argenis “NT” Navarro y Huguito Campos (el coach). Repartiendo palo, éste equipo armado con las uñas y la bondad de algunos amigos, se había ganado el derecho de llevar en el pecho el nombre de su estado: Zulia. Esa fría mañana, en la urbanización ubicada al este de Caracas, ellos estrenaban uniforme y NT, además, una chaqueta de blue jean que compró para el viaje. Pronto descubriría que esta tela no lo protegería del frío capitalino.

De niño vi muchas veces esa camiseta que mi tío NT portó con orgullo durante el torneo: Era de una tela sintética muy gruesa color blanco curtido (ya no las hacen así), el cuello era redondo, sobre los hombros llevaba unas rayas negras y en pecho, enorme, la distinción: Zulia.

Pero llegar aquella mañana a desfilar en el estadio representando a su región (quizá el mayor honor que aspira un atleta); jugar a primera hora sin poder descansar siquiera, viajar en un bus recontra incómodo, haber tenido que dejar a la mitad del equipo por un reglamento que les aplicaron a última hora y no poder bañarse en un hotel; es sólo parte de una mejor historia anterior.