domingo, 5 de junio de 2016

#11 El espía que vendió lápices en Lagunillas



Por: Ernesto J. Navarro
Publicado originalmente con el título: 
El "mejor espía del mundo" que vendió lápices en Venezuela
en: https://actualidad.rt.com/actualidad/209063-mejor-espia-mundo-pujol-venezuela 


"Era un hombre culto, muy culto; respetuoso, servicial. Pero le digo más, era un buen vecino".

Quizá ninguna biografía escrita sobre Joan Pujol, cargadas todas de eventos fantásticos, pueda llegar a ese nivel de proximidad que tuvieron Luis Guillermo Gutiérrez y su esposa María Emma Upegi, quienes por más de 10 años fueron sus vecinos en una pequeña población del caluroso occidente venezolano.

miércoles, 26 de agosto de 2015

#10 La Fiesta de "Las Locas"

El carnaval de Lagunillas en plena Navidad

Foto celular

Por: Ernesto J. Navarro

En Ciudad Ojeda, estado Zulia, cada 27 de diciembre sus habitantes participan de una fiesta religiosa en honor a San Benito. Una multitud asiste a la misa a "pagar una promesa" y a bailar al santo al ritmo de los tambores y bajo una lluvia de ron.

Pero 24 horas más tarde -en la fecha marcada como el "Día de los Santos Inocentes"-, Ciudad Ojeda se vuelve pagana y un carnaval de desenfreno se apodera de las calles que circundan la plaza Alonso de Ojeda para dar vida a la  Fiesta de Las Locas


jueves, 14 de mayo de 2015

#09 El primer Bolívar de Lagunillas

La esmirriada estatua de El Libertador en Ciudad Ojeda (actual)


"Yo conocí a Bolívar en 1930, un poco antes que Neruda lo conociera en las bocas del Quinto Regimento. 

Se cumplían cien años de la muerte del héroe. Y Venezuela había pagado su deuda a sus acreedores extranjeros.

(...)
Los trabajadores de ‪#‎Lagunillas‬ resolvimos, por nuestra parte, levantar una estatua al Libertador, ya que la inmensa mayoría no habíamos visto a Bolívar en el bronce.
 
Se llegó al acuerdo de que se nos descontara un salario a cada uno para llevar a cabo la patriótica idea. Éramos miles de asalariados.
 
(...)
La estatua, un busto asombrosamente minúsculo, quedó prisionera en un corral, entre 
alambradas tendidas por la empresa dueña de vidas, yacimientos y espacios
 
(...)
Aunque analfabetos, nos dábamos cuenta de que nos habían robado aquellas autoridades formadas por "coroneles" sanguinarios". 

Jesús Faría, 
Discurso con motivo del Bicentenario del Libertador Simón Bolívar, 1983.

sábado, 24 de enero de 2015

#08 El amigo del "Pollo Estrada"

Uno de los últimos homenajes hechos en vida al "Pollo" Estrada

Por: Ernesto J. Navarro 

Finalizando noviembre de 2014, fui a entrevistar a Ildefonso Leal, es doctor en historia, director de la Academia Nacional de la Historia y cronista de Los Teques.

Vive en una hermosa casona colonial que resistió al avance del cemento y que parece un monumento herórico a la vida, plantado en medio de dos enormes edificios de apartamentos y un ruidoso liceo. 

Me citó el miércoles 26 de noviembre a las 10:15 de la mañana. Yo llegué a las cercanías de su casa a eso de las 9:50am, miré el reloj ycomo tenía algo de tiempo,  me senté en una cafetería que está justo enfrente de la residencia del cronista y pedí un marrón oscuro, para beberme la espera.

Al terminar el café miré de nuevo el reloj: 10:10am y cuando salí de la cafetería y miré a la casa del cronista, ya el doctor Leal estaba caminando pegado a la reja de la casa, esperándome, plantado con la elegancia de sus 82 años.

Lo saludé desde la acera y le grité:
Buen día! Yo soy el periodista Ernesto Navarro.

Ildefonso Leal



viernes, 12 de diciembre de 2014

#07 A 30 años del triunfo de Chela

Portada del LP del incomparable festival



Por: Ernesto J. Navarro 
Este texto apareció publicado en el Diario Panorama
el 18 de Noviembre de 2014 

Cuando Neyla Moronta y Juan Carlos Mor Fuentes dijeron en televisión que “El mercado de los buchones” era la gaita ganadora del primer festival Industrias Pampero: “Una Gaita para el Zulia”, Chela Tremont pegó un grito tan fuerte, que sus vecinos en Puerto Nuevo (Lagunillas) creyeron que algo le había pasado. Dejó el televisor encendido, las puertas abiertas, salió al patio a celebrar “suvictoria y bailó sola de alegría en medios de los coquillos que adornaban el jardín.

Tenía razones para estar eufórica. Ella pasó varios meses de ese año 1984, recortando de Panorama los cupones con los cuales la gente del común podía votar por las gaitas participantes, pero ella en particular se convirtió -por voluntad propia- en una especie de jefa de campaña de Astolfo Romero.

Cada uno de sus vecinos -en al menos 10 cuadras a la redonda- recibió la visita de Chela, escuchó la gaita y pacientemente aceptaron que ella los sermoneara con cada atributo de esa composición. Luego, hacía que firmaran los cupones que ya tenían marcado el check list en la composición que presentó Gaiteros de Pillopo.